domingo, 15 de junio de 2014

Pie o pastel de limón


       Es una de las recetas favoritas de mi chico y llevaba tiempo buscando una que fuese fácil y completa. Procuro no dejar yemas o claras que sobren o complejas cremas que lleven demasiado tiempo.
Hay varias maneras de hacer esta receta. Las que llevan una base de galleta o las que las tienen las de masa quebrada. Las que tienen una crema a modo de lemon curd (pincha aquí) o las que tienen una mezcla con leche condensada, mucho más sencilla de hacer.
La crema de lemond curd es más ácida e intensa, mientras la de leche condensada es mucho más suave y dulce.
Ya he hecho la de leche condensada en varias ocasiones. Una con un toque más ácido que la otra, y lo cierto es que a todos les encanta.
Sin lugar a dudas, será el postre estrella este verano, porque es fresca, sencilla y deliciosa.
Vamos con la receta.
La masa quebrada la podemos hacer nosotros (pincha aquí para ver la receta), o comprarla si tenemos prisa.

Ingredientes para la crema:

-400 grs. de leche condensada (un bote pequeño)
-Entre 130 a 150 ml. de zumo de limón, según el grado de acidez que queramos darle (unos 3 limones)
-4 yemas.

Ingredientes para el merengue:

- 4 claras.
-150 grs. de azúcar.
-Cremos tártaro (opcional)

Elaboración:

         Mezclamos las yemas, la leche condensada y el zumo de limón. Una vez saquemos la masa quebrada del horno, ponemos la mezcla en su interior y volvemos a meter en el horno durante al menos 10 o 15 minutos, según como sea el nuestro.
Mientras, hacemos el merengue.
Siempre fue mi asignatura pendiente, pero una vez hecho durante tantas veces, terminas cogiéndole el tranquillo.
Podemos hacer un merengue italiano, elaborado con almíbar, o un merengue básico o francés, como éste.
El merengue francés básico se hace pesando las claras y poniendo el doble del peso del azúcar.
Empezamos a batir las claras. Cuando empiecen a tomar cuerpo, añadimos una cucharadita de cremor tártaro. No es imprescindible, pero dará dureza y estabilidad al merengue.
Cuando empice a enducererse, añadimos cucharadas de azúcar, con intervalos de 15 segundos entre una y otra, hasta que el merengue quede más estable y brillante.
Una vez que la tarta esté fría, ponemos el merengue. Yo lo puse en una manga pastelera y decoré, pero ponemos hacerlo de diferente formas.
Para dorar la superficie, podemos poner de nuevo el pastel en el horno con el modo grill durante unos minutos o utilizar un soplete de cocina.
Y después, sólo toca disfrutar de este maravilloso pastel tan famoso en la cocina estadounidense y británica entre amigos y familia.




sábado, 14 de junio de 2014

Helado de chicle


       El otro día me fuí de casa con la idea de poner la base de la heladera en el congelador. ¡Ya es tiempo de helados!
Cuando fuí a mi librería favorita ( El Paso de La Laguna), tenía el libro Polos y Helados, de Sandra Mangas.
No pude evitarlo y ya forma parte de mi colección de libros de cocina.
La verdad es que está muy completo y no sólo de helados muy sencillos de hacer, sino de polos de hielos con todo tipo de sabores. (helado de mojito...voy a por tiiiii)
        Esta receta que les ofrezco hoy sirve como base para otro tipo de sabores, ya que utiliza pasta saborizada. Recomiendo las de la marca Home Chef, porque ofrecen todo tipo de sabores intensos. Escojo aquellos que son difíciles de hacer, como la de coco, violetas o esta de chicle a la que le he sacado bastante provecho. Desde magdalenas, cremas para rellenas bizcochos, hasta este helado que está de miedo.
En el libro de hecho, la receta que escogí es el de pistacho, realizado con este tipo de pasta de sabor. La de chicle, ni siquiera necesita colorante porque deja un suave color rosa (cuanto menos colorante extra, mejor)

Ingredientes:

-250 ml. de leche.
-500 ml. de nata para montar.
-150 grs. de azúcar.
-Un par de cucharadas de pasta saborizada (en mi caso de chicle)
-Una cucharadita de maizena.
-3 yemas de huevo.
-Colorante (si es necesario)

Elaboración:

        Preparamos un bol con agua fría y hielo. Reservamos.
Mezclamos 50 ml. de leche con la maizena.
En un cazo mezclamos 200 ml. de leche, con 250 ml. de nata y el azúcar. Llevamos a ebullición y separamos del fuego, pero sin apagarlo.
Batimos las yemas y añadimos en forma de hilo a la mezcla de nata y leche, sin dejar de batir para que no se cuaje. Agregamos la mezcla también de maizena, la pasta con sabor y el colorante, si lo vemos demasiado claro.
La cantidad de pasta viene determiada por la intensidad de sabor que queramos darle.
Volvemos a poner el cazo en el fuego revolviendo de vez en cuando mientras se va espesando.
Introducimos el cazo en el bol que teníamos preparado con agua y hielo, pero siempre sin que el agua toque la crema.
Damos vueltas mientras se va enfriando. Añadimos los 250 ml. de nata restante.
Cuando esté totalmente fría, metemos la crema en la nevera por lo menos un día completo.
Si tienes heladera, la base tendrá que estar al menos 24 horas antes en el congelador. Al día siguiente se pone la mezcla en la heladera, siguiendo las instrucciones del fabricante.
Yo la puse 10 minutos y quedó cremosa.
Después, es conveniente dejar el helado unas horas más en el congelador para que tome cuerpo.
         Si no tienes heladera, Sandra recomienda meter la mezcla en un recipinete hermético en el congelador durante al menos 2 o 3 horas. La sacaremos cada media hora para batir con un tenedor, para que no se cristalice. Tapamos el helado con papel sulfurizado y mantenemos 24 horas.
         Es buenos sacar el helado 10 minutos antes del consumo, para trabajar mejor con él.
¡A disfrutar del verano!